Todos recordaremos la escena de "no son mis látigos lo que más temen". Todos pensamos: ¡Dios! ¡Ese pedazo de negro de dos metros es gay! ¡Es trucha! ¡Sarasa! ¡Tiene más pluma que Shun de Andrómeda!
Esto es realmente lo que yo vi en aquella escena.
Y recordando esta película me viene otra imagen a la cabeza. Es más un sentimiento... ¿cómo explicarlo? Ah, sí.... pena.
Me estoy refiriendo a nuestra selección de fútbol. Qué bien le vendría unos cuantos tipos como los de esta peli, ¿eh? A todos nos da ánimos ver a nuestro jefe gritando "¡Espartaaaa!" A mí, personalmente, me daría muchos ánimos. No sé... unas ganillas extra de ponerle huevos al asunto. ¿No creéis? Claro que eso de que los líderes vayan por delante en una batalla es un tanto utópico.
Esto es lo que me viene a la cabeza...

Mi consejo es el siguiente: no toméis drogas, no aceptéis cosas de extraños y no comáis cosas del suelo.